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viernes, 26 de diciembre de 2014

¿Cómo analizar la Cultura?: Los Símbolos

Toda cultura está constituida por elementos que se distinguen unos a otros y son muy abundantes, de hecho, se encuentran por todas partes en el medio ambiente donde nos desenvolvemos los seres humanos, y es la razón por la cual se le puede entender como un medio ambiente cultural. Una cultura es fundamentalmente un sistema que asocia todos esos elementos y nosotros terminamos por asociarlos también en nuestras mentes. Tal y como es la cultura afuera, así es nuestra mente adentro, o al menos coloca estructuras fundamentales para la mente, como lo sostuvo Emile Durkheim en una época que ahora parece distante, como fueron los inicios del siglo XX. Los seres humanos absorbemos del medio ambiente todos los significados que allí existen, y como esos significados los conseguimos representados en objetos, figuras, dibujos y fracciones de comportamiento, los tenemos como símbolos de esos signifcados. Es decir, todos esos elementos de la cultura, que están por todas partes, parecen registros empíricos que nos transmiten significados a varios niveles de profundidad, y eso es lo grandioso; son como un hardware externo en el que se deposita todo el saber humano. La cultura actúa como una memoria externa que asiste a las personas cuando quieren saber algo, es decir, que ellas se apoyan en estos referentes para conocer, y esto implica enviar y recibir mensajes. Se envían y reciben mensajes constantemente, y es necesario que así ocurra para que la cultura cumpla su función. Puede tratarse de un objeto material, si se quiere, pero si tiene un significado cultural la gente lee un mensaje en él (recibe el mensaje) y no tiene porque mantenerlo en la memoria todo el tiempo. Nuestros cuerpos, los adornos que llevamos y la indumentaria, pueden funcionar como símbolos junto a cualquier infinidad de cosas como la manera en que comemos, los colores con los que pintamos nuestras casas, y hasta los sueños que perseguimos en la vida. 
De esta manera, se puede analizar actos tan significativos en la vida de las personas como el matrimonio. Imaginemos que presenciamos un matrimonio en una iglesia un día de estos cualquiera. Uno de los actos clave tiene que ver con la imposición de los anillos. 
Ese pedazo de metal en forma circular colocado en las manos de él y de ella, imaginado con todo el contexto que lo rodea, un sacerdote oficiando la ceremonia, ella vestida de novia, el con traje de gala, el templo adornado para la ocasión, y el ritual del caso, porque se dan unos pasos primero, y luego otros. Para la mayoría de las personas se trata del símbolo de la unión y el compromiso de amor eterno y de fidelidad. Quien lleva este anillo en su dedo se le entiende como una persona casada y, por supuesto, con todas las restricciones sociales del caso ya que debe mantener la fidelidad frente a otros hombres y mujeres, y no puede estar casado dos veces, o no debería tener varias parejas, al menos según lo que establece la norma. Se podría decir que los tres significados se encuentran asociados, a saber, “casado”, “fidelidad” y anillo de bodas. En este caso, se trata de un significado compartido

En la imagen contigua se aprecia esa escena. Se trata del momento en el que él le está imponiendo el anillo a ella, que está vestida para la ocasión, él también y al sacerdote vestido según el ritual. Cuando decimos que el sacerdote se encuentra vestido de manera ritual estamos diciendo que siempre lo hace de la misma manera, que hay un proceso que siempre se cumple, porque así son los ritos. Y esto también alcanza a los futuros esposos que se encuentran presentes. Las mujeres generalmente visten de blando con un velo blanco, y los hombres con traje de gala. Acudiendo al conocimiento cultural se nos ha enseñado desde niños que el blanco del vestido se relaciona con la pureza del momento, que el velo también, y que hay cosas que no deben ocurrir, que se encuentran asociadas a esa pureza, como que el hecho de que el novio no debe ver a la novia hasta que el matrimonio se haya consumado. Ella debe llegar a la iglesia con el velo puesto en el rostro y así debe mantenerse hasta un determinado momento del ritual.  El velo cumple la función de resaltar esa pureza y es la razón por la cual tiene un significado. ¿Puede ser separado este rasgo de los otros?. Por supuesto, porque se trata de un accesorio independiente pero, sobre todo, porque puede significar algo por sí mismo. Los símbolos pueden estar compuestos de elementos menores. Se puede aprovechar la Teoría de los Prototipos que aunque se asocia a la psicológica, proviene originalmente de la antropología[1]. Esta teoría afirma que de los diversos elementos de significado que constituye una categoría, unos son predominantes o “prototipos”, es decir, se encuentran jerarquizados a tal punto que los individuos les atribuyen importancias distintas para formar un concepto o un símbolo complejo. Una mujer, por ejemplo, puede ir con vestido de novia pero el velo tiene más fuerza para significar “matrimonio”. De hecho, ya se ha visto parejas que se casan desnudas en una playa o en un campo nudista y lo que ella utiliza como símbolo puede ser sólo el velo, es decir, solamente lleva el velo y no viste nada más. De esta manera, pues, el velo puede significar, él solo todo el matrimonio. 
Esto es nada más que una fracción de los símbolos que pueden ser observados en la escena anterior; existen muchos más pero lo vamos a dejar a la imaginación del lector. Por ejemplo, el corte de cabello de la mujer y del hombre, los adornos corporales de ella (se observará que lleva un collar en el cuello que él no lleva, por supuesto), el movimiento de las manos que ella tiene en ese momento, la postura corporal de él, la forma como se miran, etc. 
Se puede analizar esta otra imagen para hacer una breve referencia al contexto. 
Se trata de una composición un poco más abstracta con elementos un tanto descontextualizados, pero que son igual de evocadores. En todo caso, se trata de un contexto posible. Se tiene aquí un birrete (de un acto de grado universitario), el diploma que se le otorgó a alguien, y los libros con los que estudio. El significado de “acto de grado” de toda la escena lo simboliza el birrete (ya que los libros solos no tendría porque significar eso), y según parece el diploma y los libros sirven para reforzar la idea. Como en el caso anterior, hay un prototipo que es el birrete como tal. Unos libros solos fotografiados significarían estudio y un diploma sólo no tendrían que significar “acto de grado”; por lo cual en el birrete se encuentra un símbolo dominante. Los libros solos tienen un significado, un diploma por si mismo también, por lo que se trata de tres (3) símbolos. Se diría que se trata de tres (3) rasgos culturales colocados uno al lado del otro, que se refuerzan mutuamente.
Esto es la una parte fundamental de la cultura. Los elementos culturales son en su mayoría elementos que colocados juntos hablan por sí solos, nos dan significados a los que le damos sentido, y que nos permiten tener consciencia del mundo. La cultura es la que da esa consciencia, los símbolos son los evocadores, las palabras que nosotros leemos para armar el discurso cultural.


[1] Específicamente del trabajo de los antropólogos Brent Berlin y Paul Kay que compararon la categorización de colores en diferentes culturas. Luego este trabajo lo tomó la psicólogo estadounidense Eleanor Rosch

¿Cómo se transforma una tradición cultural o los Orígenes de la Gaita Zuliana

En Venezuela, en la región zuliana, existe una tradición musical que bien puede ser empleada para ilustrar la forma cómo se modifica históricamente un aspecto de la cultura y cómo los seres humanos actúan en estos casos. Un posible origen para este ritmo es el siguiente: El nombre parece provenir de la “gaita”, tal y como se popularizo en Europa en la baja Edad Media hasta el siglo XVIII. Dos aspectos se deben aclarar de inmediato, a saber, la “gaita” no se refiere solamente al instrumento a la forma que tiene este instrumento en Escocia, ni este se popularizó solamente es Escocia. Existen formas del instrumento que se parecen mucho a una flauta y en España, sobre todo en Aragón y Galicia, existió como algo popular para los días de la colonización, la gaita (en su forma europea). Estos dos aspectos son importantes para visualizar el camino que va a llevar hasta la gaita zuliana.
En relación a lo primero todavía en el sur del lago de Maracaibo, entre las comunidades negras, se utiliza un instrumento muy parecido a la gaita colombiana que es una flauta utilizada en los toques de tambor. Dicho instrumento se asocia al San Benito. La gaita colombiana como instrumento tiene el siguiente aspecto, sostenida en las manos por unas personas para su ejecución (Ver ilustración de la izquierda)
De hecho podría tener vínculos con instrumentos indígenas parecidos. En el caso colombiano se debe tocar al mismo tiempo la flauta “macho” y la “hembra” pero a todas luces se trata de un ritmo de vínculos afro, al menos en esta parte del mundo. Esta gaita se parece mucho a una cumbia, es tocada con ese ritmo y se la puede escuchar para comprobarlo. 

De hecho las vinculaciones indígenas del ritmo pueden verse en la siguiente ilustración de al lado (se trata de una fotografía de indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta fotografiados tocando gaita). Se utilizaban dos instrumentos al mismo tiempo (macho y hembra) junto con un tambor (el tambor debía formar parte), tal y como se realiza hoy en día en las comunidades de origen afro en Colombia. Parece que los orígenes indígenas de un instrumento con este nombre (“gaita”) se encuentran documentados por lo cual luego fue apropiado por las comunidades afrodescendientes (al menos en Colombia y Venezuela, en el sur del lago de Maracaibo). Y es así porque entre los negros colombianos se sigue tocando con el prerrequisito de que deben ser una flauta macho y una hembra, y también que se precisa un tambor. En este último caso, como era de esperarse y como es propio de todo proceso de asimilación cultural e hibridación, la flauta cambió un poco, junto con los tambores y el ritmo, es decir, los negros introdujeron estos instrumentos en un ritmo modificado, unas flautas alteradas y más tambores, es decir, realizaron una re-contextualización de los elementos para generar otra cosa. Para autores como Luis Antonio Escobar (1985) habría una “gaita precolombina”. Los indígenas, al parecer, kogui, Ijca y Sankala continúan tocando hoy en día. Escobar afirma que la denominación de gaita fue aplicada por los españoles a su llegada a América al ver a estos indígenas o algunos otros tocar este instrumento y ritmo porque de alguna manera, les recordaba lo que lo que ellos escuchaban en su España natal. Este autor afirma:


Indudablemente lo que más ha confundido, a legos y expertos, es el nombre con el cual se conocen estos instrumentos. No aparecen ni en diccionarios ni enciclopedias ni explicados ni dibujados tal como son. En el Reallexikon der Musikinstrumente de C. Sachs encontramos descripciones sobre la gaita gallega y sus relacionadas, Sackfeife, Drehleier, Schalmei de otras tribus y naciones y además el origen de la palabra árabe: ghaida. Estos instrumentos relacionados con la gaita árabe, turca, selta, española, etc., nada tienen que ver con las llamadas gaitas colombianas. John Storm Roberts en su libro, La Música Negra Afro-americana, nos relata que, "Dicho sea de paso, un oboe moro, llamada Rhaita se encuentra en España (donde se lo llama gaita) y en el África Occidental (los hausas lo llaman Alghaita)". Sería un tema demasiado extenso tratar de describir los orígenes y variantes de las gaitas. Lo cierto es que los instrumentos de los indígenas que analizamos quedaron bautizados por los españoles, muy mal bautizados, con el nombre de gaitas y ahora hasta los propios indígenas los llaman así. Tampoco debemos utilizar y así lo hacen algunos investigadores, la palabra KUISI, genérico de flautas y más precisamente CAÑA DE CARRIZO. En ambos casos no hay relación directa con las gaitas aunque estas se puedan catalogar como flautas de pico. Personalmente tres indígenas aruacos me han dado el nombre de SHARV para las gaitas (Escobar, 1985).


Se sostiene aquí que las flautas árabes, turcas, seltas y españolas nada tienen que ver con las gaitas colombianas, pero que el nombre, a pesar de todo, fue puesto por los españoles a su llegada, lo cual tiene bastante lógica. La denominación o el “nombramiento” dada por estos últimos no deriva de un estudio exhaustivo previo para luego realizarlo, ni nada parecido, sino una simple apreciación de semejanza, es decir, a los españoles les pareció que lo ejecutado por los indígenas se asemejaba a las formas de gaita escuchadas en sus tierras; y nos referimos, por supuesto, a las formas antiguas de gaita escuchadas en la colonia en España. Para lograr una aproximación a esto se debe escuchar formas antiguas de gaita española (gallega o aragonesa u otra). Y esto no puede ser simplemente desmentido, las personas asignan nombres no sólo por puro capricho. Hay razones (siempre hay razones) ocultas que se derivan de premisas culturales o simplemente intuitivas de la mente. Desde luego, la hipótesis más creíble es el parecido intuitivo de un instrumento o ritmo, o todo el conjunto, pero puede ser de la misma manera, el escenario en el que ocurría la actividad musical (pudiera tratarse de una “escena” que se parecía a la gaita española), o cualquier otro motivo. Las razones son complejas pero siempre motivadas. No son caprichos u ocurrencias de momento, son actos culturalmente determinados, históricamente condicionados.
De todas maneras, la intuición de Escobar es muy buena y suministra una pista interesante para el paso desde la gaita precolombina hasta la gaita negra o de las comunidades afrodescendientes, a saber, el “oboe moro” que, al parecer¸ también se le llamó gaita en España. En África este instrumento era conocido como Alghaita entre los Hausas. Como se trata del grupo étnico más difundido del África occidental tiene sentido que llegaran a América (a las costas colombianas  y al sur del Lago de Maracaibo) y que conocieran algo similar a la gaita de tipo oboe.
La referencia al oboe como una forma de gaita (como instrumento) es interesante porque no se trata ya de la gaita escocesa y porque algo parecido es tocado hoy en día acompañado con tambores en el San Benito, asociado a la Navidad en el Estado Zulia podemos hacer referencia al video titulado “Hausa_Music_in_Kaduna”) que muestra este tipo de toque entre los Hausas de Nigeria.



El toque es sorprendentemente parecido al que se puede escuchar todavía hoy día en Bobures y Gibraltar o Palmarito en el sur del Lago de Maracaibo, algo que sé por haber asistido a celebraciones del San Benito en estas comunidades. No cabe duda, de que el toque de San Benito, el que se escucha en las celebraciones asociadas al santo y en sus procesiones (recorridos del santo negro por el pueblo) tiene sus orígenes en toques de tambor de este tipo, que,  al parecer, se refieren a toques Zulú.



El video aficionado destaca el uso de la flauta u oboe. En este caso, a los tambores se les coloca una correa para ser tocados mientras se cargan sobre los hombres a pie en una procesión santoral, es decir, se trata de una procesión a un santo patrono pero acompañado con tambores. Se utilizan maracas también, durante el toque y se baila mientras se camina. Este tipo ritmo tiene una danza que lo acompaña que es también de carácter tradicional y cantos de origen católico. Sin duda, se trata de una conversión de los elementos tradicionales para su ubicación en el contexto de una procesión católica, regida por la iglesia católica. La reconfiguración, sin embargo, no debe apartarnos de la visualización de los elementos más esenciales y originarios. Se trata de una fusión de rasgos culturales, de elementos diversos. Puede ser que, originalmente, los tambores no hayan tenido correas para ser transportados de un lugar a otro, que se tocaran fijos en el suelo, en un solo lugar, pero las procesiones son traslados de un lugar a otro con el santo a cuestas con el sentido de pasear el santo por las calles del pueblo porque así era determinado por la tradición católica, pero ello no impide que se la añadan unas correas para ser tocados a pie mientras se avanza, lo cual significaba una adaptación ingeniosa o más que adaptación, una adecuación al contexto simbólico cristiano que exige otras características, y puede ser, del mismo modo que la flauta u oboe tradicional tuviese un carácter originario que con el tiempo pudo transformarse, o que el ritmo no fuese acompañado en sus inicios por alguna danza. Todos estos elementos pueden ser agregados, sobre todo este último, ya que, como se sabe, los pueblos africanos aprovechan las danzas para casi todas las celebraciones que impliquen alegría o expresiones de regocijo. Se baila para celebrar, para expresar el júbilo y nada de raro tendría que, animados por los sacerdotes, se bailara para celebrar el aniversario del “santo negro”, como se le conoce por estas tierras.
Es interesante que un tipo de oboe usado en África y España en la época de la colonia con los nombres equivalentes al de “gaita” nos haya conducido hasta la música del San Benito, como celebración navideña, en el sur del Lago de Maracaibo, o hasta la gaita colombiana, pasando por la gaita precolombina de la Sierra Nevada de Santa Marta; sobre todo en este último caso, por las conocidas influencias de Colombia sobre Maracaibo, capital de la gaita zuliana. De hecho, varios historiados tienen a la región zuliana como perteneciente a la órbita de aquel país hasta entrado el siglo XX, como formando parte de una región económica única, a pesar de su pertenencia formal con Venezuela. La región marabina constituía un solo  circuito comercial el nororiente colombiano (ver Cardozo, 1991). 

Un relato interesante sobre el origen de la zuliana es el siguiente: 


Mucho se habla de la gaita, sobre todo en navidad. Hay quienes aseguran ser sus cultores, defensores, interpretes, pero todos coinciden en que nuestro género zuliano junto a la música criolla, son los grandes monarcas del folklore nacional. Seguidamente, y como regalo de Navidad, podrán disfrutar del testimonio de Ramón Herrera Navarro. Existen varias versiones sobre el origen de la gaita, pero hay uno que me relató Alfonso Huerta Bracho, quien en vida fue un gran gaitero, compositor e investigador de la gaita por allá por el año 1982, cuando le hice una entrevista para un programa radial sobre la gaita que se transmitía en una emisora caraqueña. Alfonso Huerta Bracho explicó, en una entrevista para un programa radial sobre la gaita que se transmitía en una emisora caraqueña, que había decidido escribir un libro sobre el origen de la gaita porque, lamentablemente, no estaba conforme con lo que habían hecho con la información que al respecto le había suministrado algunos escritores de libros y/o artículos relativos a la gaita. Comenzó explicando que la versión del nacimiento de la gaita que iba a relatar, en realidad no era de él. Que la había tomado de un cuaderno que se encontró en un baúl perteneciente a uno de sus antepasados, que lo tenían abandonado en un rincón de su casa y que nadie se había atrevido a abrirlo, presumiblemente por respeto a él; pero que él decidió hacerlo, porque pensó que algún día alguien tendría que hacerlo, y así fue como se encontró con esa agradable sorpresa. Según lo indicado en ese cuaderno, la gaita nació un 4 de diciembre de 1782 en el cantón de Gibraltar del estado Zulia. La inspiración del canto que le dio origen a la misma surgió después de que el amo de la finca Santa María le dio un golpe en la espalda a un negro esclavo, llamado Simón Chourio, por no atender rápidamente una orden suya. El negro Chourio, al caer de rodillas al suelo, dijo llorando: "Ya esto no puede ser/ como nos tratan los amos". Su hermana, María Dolores Chourio que se encontraba detrás de él, y quien también era esclava, al oírle ese lamento le dijo suavemente al oído: "Y si se lo reclamamos/ nos hacen más padecer". Al oír esto, ambos repitieron al unísono la primera parte del verso: "Ya esto no puede ser". El negro Simón, cuando su hermana le completó el verso, se levantó gritando y diciendo: "Ya está, ya está". Su hermana creyendo que Simón se había vuelto loco le preguntó qué le pasaba, él respondió cuando ya estaban en el establo donde todos sus familiares dormían como animales. que ya había compuesto el canto de reclamo y de protesta contra los amos por el mal trato que recibían y que desde hacia algún tiempo estaba de concebir. Seguidamente se preguntó que cómo harían para dar a conocer este canto de protesta a sus amos. El negro Francisco, quien sabía leer y escribir y fungía de representante de los esclavos, sugirió que se pidiera permiso a los amos para hacerlo, y estos últimos les concedieron el permiso, siempre y cuando lo hicieran antes de su fiesta, que era el 24 de diciembre. La idea de los negros era hacer una fiesta parecida a la que hacen los españoles, imitando los cantos de aguinaldos y villancicos, con motivo de la celebración de las Navidades y, en vista del permiso concedido, resolvieron entonar el canto que habían compuesto, el 12 de diciembre de 1782. Ese día, en horas de la noche, en la finca Santa María, encontrándose los dueños sentados en unos hermosos sillones y los pobres negros en el suelo, empezaron a cantar. El primero en hacerlo fue el negro Simón, quien al ver que a su madre Natividad la traían en un inmundo catre, lanzó el siguiente verso: "Ay mi mami da dolor/ de vernos en qué desastre/ como cama un duro catre/ por culpa de este color". Los otros negros se sumaron al clamor y comenzaron a entonar: "No porque seamos negros/ nos traten como animales/ viviendo en los corrales/ como si fuéramos ogros". Otro negro prosiguió: "Nos tratan de pobres/ pero somos de alma blanca/ con una sonrisa franca/ y muy sinceros e íntegros. En cambio los que son blancos/ tienen negro el corazón/ nos quitan sin compasión/ nuestro hijos cuando nacen". Prosiguieron cantando: "Me arrancaron al nacer/ de los brazos de mi madre/ y mataron a mi padre/ por quererme defender". El negro Francisco viendo que los amos se estaban alterando con los versos dijo señalando al cielo: "El sol de la libertad/ ya muy pronto va a nacer/ por nombre le han de poner/ Simón de la trinidad", añadiendo: "Y es quien nos va a libertar/ se los digo desde ya/ y una negra es quien será/ la que lo va a amamantar". Otra negra esclava de nombre Candelaria, mirando a francisco le dijo: "Y otro negro extenderá/ la mano a ese gran Señor/ le verá tanto valor/ que en la cárcel lo ayudara. El pasará muchas penas/ pero siempre triunfará/ y al negro le quitara/ de las piernas las caderas". Los españoles, viendo que ya no podían seguir soportando más todo lo que le estaban diciendo en el canto, explotaron airadamente y los mandaron a azotar. A la pobre negra Candelaria, fue tantos los golpes que le dieron que falleció al otro día. Al resto de los negros, después de azotarlos, les mandaron a poner en los cogotes un cepo de los que antes se usaban con un palo, y en los pies les pusieron cadenas. Uno de los negros, a pesar del estado en que se encontraba, echó este verso: "Mi voz no la callaré/ porque tengo la razón/ esto lo sabrá Simón/ porque a él se lo diré", y remato con este último: "Hasta la vida daremos/ por ese Libertador/ Ese será todo un señor/y con que amor le serviremos". Así pues nació la gaita, según contó Alfonso Huerta Bracho. Que en paz descanse. Cada año que siguió, los esclavos continuaron entonando sus protestas y cada 2 de febrero le cantaban versos a la negra Candelaria. "Tu que ya no estas presente/ buena negra Candelaria/ aquí todos en plegaria/ te lloramos tristemente/ y eso será eternamente/ mientras nosotros duramos/ a la gaita le cantamos/ y a tu nombre consecuente". Luego de todos sucesos, por allá por 1809, un año antes de nuestra independencia, los negros del mismo cantón de Gibraltar cantaron los siguientes versos: "Ya el aire que está soplando/ tiene olor a libertad/ muy pronto se verá/ a los pueblos protestando/ nadie quedará en las casas/ porque a las calles saldrán/ libres, libres gritaran/ reunidos en las plazas/ ya dispuestos a triunfar/ a nadie le temerán/ a su tierra librarán/ de tan pernicioso mal/ y los pueblos en lealtad/ al gran acontecimiento/ aportarán muy contentos/ sus vidas por la libertad"


El relato puede ser nada más que de contenido simbólico, o puede que no sea de esa manera, pero resulta interesante la cantidad de detalles suministrados, entre ellos, las letras de supuestas gaitas originarias, y nombres de personajes creadores de la gaita, con la vinculación, que probablemente sea lo más importante, con las poblaciones negras del sur del lago, entre ellas, una muy importante, como es Santa María. Ella habría nacido de entre los restos históricos de la hacienda del mismo nombre, y varios otros datos como el carácter de canto de protesta que siempre se ha asignado a la gaita zuliana. Llama la atención el hecho del suministro de una fecha de nacimiento a la gaita. El relato presupondría que algo llamado “gaita” se habría practicado en el sur del lago entre las poblaciones negras con centro en Santa María, ya para el siglo XVIII, que tales poblaciones las cultivaron hasta que, en algún momento llegó a Maracaibo. Es probable que entre tales poblaciones se practicaran varios tipos de gaitas, entre ellas, las que hoy en día todavía se consiguen en Colombia en poblaciones negras también. La denominación gaita provendría de uno de los instrumentos del ritmo, a saber, una flauta tipo oboe que los negros tomaron de los indígenas. Para el momento, en que aparece no se trata de un instrumento indígena, ni de un ritmo musical indígena, sino afro. Las poblaciones del sur del lago trasladan el protagonismo de dicho instrumento a los tambores y lo convierten en un ritmo musical (no ya la ejecución de un instrumento como tal). Todo esto requiere explorar las similitudes entre las gaitas negras del sur del lago de Maracaibo y las gaitas negras colombianas, tal vez también buscar sus semejanzas con las gaitas precolombinas.
Otro aspecto es el que puede ser conseguido en la prensa local (marabina) de inicios del silgo XX. En una ocasión, hurgando yo en periódicos antiguos con motivo de mi participación en el grupo de investigación de historia de la Universidad del Zulia, me topé con un artículo o aviso de prensa muy particular, lleno de detalles que me intrigaron. Se refería a una resolución de la prefectura del Distrito Maracaibo por el que se prohibía “algo que se denominaba gaita”, así decía el artículo, y que se cantaba por las calles. La resolución decía varias cosas importantes, porque hacía referencia a los disturbios que se formaban por motivos de las gaitas; entre otras la resolución señalaba lo siguiente:
a)      Que se trataba de una manifestación popular o del pueblo llano (no involucraba a personas cultas o de clase social elevada)
b)      Que se cantaban frases en contra de las autoridades establecidas
c)      Que se cantaba por las calles mientras se caminaba (“gaita en procesión”), tal vez a la manera cómo se hacía con los villancicos de la época navideña.
d)     La resolución veía con extrañeza la gaita y parece hacer referencia a la misma como algo poco conocido (se expresaba en términos de “eso que llaman gaita”), o de algo que las autoridades veían con enojo. No se puede determinar mediante el texto de la resolución a cual de las dos interpretaciones se refiere, o si se trataba de las dos, es decir, que era algo poco conocido por las autoridades o que era detestada por el hecho de que se proferían ofensas en contra de los gobernantes.
La resolución con la fecha y demás datos se me perdieron pero la tuve en mis manos (extraída de entre los periódicos que se encontraban en la Hemeroteca del Esta Zulia, en Maracaibo, cuando se encontraba en el viejo edificio por allá por inicios de los 90 del siglo pasado, siglo XX), y deja ver haciendo otro tipo de interpretación que:
a)      Implicaba la gaita un canto protesta de carácter político y alborotos vecinales (la resolución prohibía dichas manifestaciones por estas razones).
b)      Se trataba de una manifestación netamente popular del pueblo más llano y pobre.
c)      Se trataba de una manifestación cultural navideña, probablemente asociada a los cantos de villancicos que se realizaban por las calles (lo cual no descartaba que llegara a las casas de familia y se instalara allí por ratos). Como se sabe, hasta fecha reciente la gente colocaba “banderas” en sus casas para recibir las gaitas y los gaiteros como ocurría en el Empedrao y Santa Lucia, también en el Saladillo (la resolución prohibía las gaitas por la época navideña en la ciudad de Maracaibo).
Esto debería guardar relación con las gaitas que se tocaban en el sur del Lago que también eran toques de “procesión” o en los que se tocaba y caminaba al mismo tiempo (esta gaita de comienzos del siglo en Maracaibo, tenía esta misma característica), aunque ya se trataba de un “villancico” muy especial que tal vez acompañaba a las “pastoras” con las cuales la gente marchaba cada mañana para preparar (al menos este era el sentido católico) la venida del niño-Dios. Ya aquí esta gaita adquiere su forma más moderna, luego de recorrer un largo camino.
El panorama estaría claro, y las conclusiones para esta nota del diario serían las siguientes:

Conclusiones:

a)      La gaita se refiere originalmente a un nombre aplicado por los españoles a un instrumento y un ritmo musical a la vez que practicaban ciertos grupos indígenas (sociedades o etnias) en el área de la Sierra Nevada de Colombia, tal vez, cuenca del Lago de Maracaibo, como región histórica de raíces prehispánicas.
b)      A la llegada de los africanos a estas tierras (a la región histórica señalada) se apropian con el tiempo del instrumento y ritmos originales y los transforman, sobre la base de toques de tambor previos (uno de los cuales evolucionó luego como San  Benito). Esto dio lugar a varias formas de “gaita”, una típicamente colombiana relacionada con la cumbia y el vallenato (de hecho, serían las raíces de estos últimos), y otras practicadas en el sur del lago que luego evolucionaron hasta la gaita zuliana como se conoce en el presente.
c)      Tal vez para el siglo XVIII ya se practicaba “gaita” en el sur del Lago, en poblaciones como Santa María
d)     La denominación “gaita” en estas zonas fue posibilitado por el uso del término en los días de la colonización a una suerte de oboe utilizado en España al que se le llamaba de esa manera. No se relacionaba con las características propias de la conocida “gaita escocesa”, aunque sí en el sonido. No en las características finales del instrumento pero si en el sonido. Es decir, habían especie de flautas para aquellos días a los que se le llamaba “gaitas”. La flauta larga y dulce ya era utilizada por los indígenas y la consiguen los españoles a su llegada.
e)      La gaita moderna (marabina) se encontraba asociada al villancico y probablemente fue, primero, elaborada en las poblaciones negras del sur del lago donde se tenía la tradición de las gaitas, por un lado, y además, cantadas en procesión por las calles. Tal vez también, cantadas como preámbulo a la venida del niño-Dios del 24 de diciembre. Los tres elementos, al parecer, estaban ya presentes en tales poblaciones, es decir, la denominación como tal (con el uso del instrumento “gaita”), el “canto en procesión” por las calles, y la vinculación navideña de la manifestación cultural; además estas poblaciones tenían cantos parecidos, como el chimbángueles del San Benito. En esto, aquellas comunidades eran un semillero de variantes de gaita. Esto conectó con los cantos de villancicos que ya se realizaban por toda Venezuela, desde tiempos inmemoriales, entre ellas, en la ciudad de Maracaibo, que tenían características semejantes y para lo cual, por lo tanto, la gente estaba preparada, a saber, era un canto y música de procesión por las calles y era navideño. Lo que hizo la gaita fue mutar esta tradición agregando tambores, el oboe tipo gaita y unos cantos que tenían otras letras. Los villancicos, por su parte, dejó el cuatro como instrumento constitutivo. La nueva tradición que se instauró tenía cuatro, tambores, “gaita” y seguramente maracas; a las letras tradicionales se le agregó letras de protesta contra el poder y los amos. Se debe averiguar si ya esto tenía esta forma en las comunidades negras y adquirió su forma final en las barriadas más populares de Maracaibo (el Empedrao y el Saladillo), pero da lo mismo, es decir, la mutación de tradición se produjo. Con el tiempo, desapareció el oboe llamado “gaita” pero se conservó el nombre, el protagonismo de este fue asumido por el cuatro porque al fin y al cabo se trataba de un villancico transformado y este tenía que ser el requisito. En los villancicos venezolanos, el cuatro es el acompañante melódico, aquel instrumento que pone los acordes para cantar. Aunque de vez en cuando se escucha un instrumento tipo gaita en las gaitas modernas. Se observa aquí que la gaita zuliana es para ser cantada, es decir, las voces tienen un protagonismo que no se entiende muy bien en las gaitas del sur del lago, entre las comunidades negras.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Escobar, Luis Antonio. 1985. La música Precolombina, Fundación Universidad Central. Bogotá, Colombia.[Ver artículo sobre las “gaitas precolombinas” que aparece en http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/antropologia/musicprec/musicprec15.htm. Consultado el 21 de diciembre de 2013. Tiene una biblioteca virtual muy interesante con documentos históricos originales de diferentes tópicos]
Cardozo, German. 1991. Maracaibo y su Región Histórica (El circuito agroexportador, 1830-1860), Editorial de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela.

Antropología de la elegancia: la postura del cuerpo, tacones y clase social



Un meme es la unidad mínima de significado cultural para un objeto dado (este objeto puede ser tangible o intangible: usamos el término objeto puramente en el sentido de algo sobre lo cual dirigir la atención). Teniendo esto en mente se pueden analizar diferentes “objetos” de la realidad social dentro de la cual estamos sumergidos. Por ejemplo, los zapatos de mujer. 

Los zapatos de tacón alto como el que se ve en la figura contigua tiene varios significados o mejor varios niveles de significado, dependiendo de quién los mire, en el contexto en el que se encuentran. Ese contexto en este caso tiene que ver con las piernas de la mujer que es como se muestran en la imagen. Se notará que no es lo mismo imaginarlos en esas piernas que sin ellas, aunque es claro que sin ese elemento la imaginación puede hacer el resto. En todo caso, existen varios niveles y lo que hace que puedan haber muchas opiniones sobre lo mismo son los niveles superficiales: hay niveles más profundos donde muchos empezaríamos a coincidir. Pero lo que me quiero preguntar es lo siguiente: ¿cuáles son los niveles mínimos de significado de los que se compone este objeto?, ¿se puede descomponer en unidades más pequeñas?. Vamos a colocar otra imagen, esta vez a la izquierda de nuestro texto, con el objeto solo y veamos.


Miremos el objeto, ¿es esta una unidad en sí misma o se trata de una  unidad compuesta por otras, es decir, con otras que tengan significado en sí y por sí solas?. Observamos que el zapato tiene color y ya sabemos que el tema de los colores está lleno de evocaciones en nuestra cultura, el color se utiliza para decir cosas, cambiar el color de algo puede implicar el cambio en el significado de eso; por ejemplo, si cambio el color de un vestido de mujer largo hasta las rodillas de blanco a negro, puedo pasar de un significado de pureza y alegría, adecuado para un matrimonio por la iglesia, un uno de tristeza perfecto para un estado de luto por la muerte de un ser querido. Puede imaginar a una mujer llorando con ese vestido negro en un cementerio o pudiera imaginar casándose por la iglesia ahora con ese mismo vestido, pero tendría que ponerlo de color blanco. El negro se puede utilizar para significar “luto” pero también elegancia en una noche especial de invitados especiales con gente que viste formalmente. Ese sería el caso si yo voy a una fiesta de gala, la mujer de nuestras disquisiciones puede llevar también un vestido negro hasta las rodillas. No quiere decir, en este caso, que ande de luto sino que ella quiere verse elegante y desde luego, también vestida para la ocasión. ¿De qué depende todo?, pues del contexto. En el contexto del cementerio, rodeado por los otros “objetos” que existen en un sepelio (cuando se le va a dar cristiana sepultura a alguien) o con esas otras “unidades de significado” que existen en ese lugar, interpretaríamos luto, pero en una noche de gala, sabiendo que es el contexto de una noche de gala, interpretaríamos “elegancia”.

 Los zapatos que tenemos, pues, de color negro pueden ser usados durante un sepelio o durante una noche de gala, por lo que vamos a decir lo siguiente: Ese color significa un “meme”, es decir, tiene un significado en sí mismo, se trata de una “unidad con significado”. Ahora bien, dicha unidad puede ser reducida a otra más pequeña?, es obvio que no, cuando menos en este caso. Se trata de una unidad mínima de significado, además, de una unidad de significado. El que sea una unidad mínima quiere decir que no se puede dividir en otras más elementales. En dos palabras, se trata de un meme, puede ser utilizada para decir algo a alguien en un “discurso cultural”. Llamemos discurso cultural a cualquier tipo de “frase” cultural que se le pueda transmitir a alguien, o a la emisión de bloques de varios memes a otras personas. Se entenderá, por ejemplo, que el zapato que observamos envía varios memes al mismo tiempo a otras personas cuando es mostrado públicamente. Si además, del color negro mostramos el tacón del zapato estaríamos exhibiendo dos memes al menos o dos unidades de significado que se pueden separar. Pero como las mostramos juntas decimos que se trata de un “discurso” o de pedazos de un discurso. Se hacen discursos cuando mostramos los objetos de mundo social portando diferentes unidades de significado al mismo tiempo, los objetos que mostramos son siempre sintéticos o condensados, condensan los varios significados que portan. Nunca mostramos las unidades de significado solas sino en bloques, varias de ellas al mismo tiempo. A veces son dos, a veces tres, a veces cuatro, a veces muchas más. Es algo normal, los zapatos siempre tienen color, son pintados de algún color y esto es igual si se trata de zapatos para hombres o para mujer.

Esto nos ocasión de decir algo más: Esas unidades de significado nunca son presentadas solas, es decir, para que tengan significado deben ser mostradas con las demás. El color del zapato no es presentado solo, porque de hecho, si así fuese, ya no significaría mucho o no significaría nada que es lo más probable. El color negro es presentado junto con las otras unidades. Con ello se le da sentido pleno al objetivo, se le convierte en un objeto rico en significados, evocador de ideas.

Pero veamos los elementos del zapato que observamos: tiene tacón, como hemos dicho, tiene forma (una determinada forma), dimensiones, textura, unos materiales de los que está hecho, etc. Asumimos que cada uno de estos elementos es un meme en sí mismo. Y la pregunta es si se trata de los memes más esenciales, o mejor dicho si se trata de memes verdaderos. Ahora entendemos que una unidad de significado por ser tal es un meme; para que sea ello debe ser, además de una unidad de significado, una unidad de significado esencial, que no se pueda dividir en otras más elementales. Vemos, por ejemplo, que el tacón cumple una “función” en el “bloque” de significado o discurso que plantea el zapato; entonces, que tal si quitamos el tacón.
Existen zapatos que se pueden parecer a este de la figura contigua. Desde luego que aquí están debidamente contextualizados, aunque en un “ambiente” más juvenil que en el anterior. Los zapatos se pueden parecer a los de la figura de la derecha. Este tipo de zapatos, pues, puede transmitir elegancia de la misma manera, es decir, sin tacón o recurriendo a un tacón disimulado. Yo mismo he visto por la calle zapatos altos sin tacón con una base transparente (me refiero a la base del zapato), por lo cual abría aquí una conclusión importante, a saber, el tacón alto no hace falta para tener el mismo tipo de zapato, lo que se requiere es que el pie de la mujer vaya inclinado hacia adelante. El tacón es nada más lo que se ha utilizado hasta ahora para conseguir ese efecto, es decir, que el pie vaya inclinado hacia adelante. El tacón no es un meme como el color negro, sino que se puede quitar. El color negro no podríamos quitarlo sin cambiar el significado, el tacón si; el color es un meme del discurso pero el tacón no. Con esto no queremos decir que el tacón no haga sus aportes y a veces sustantivos, por ejemplo, para la elegancia del zapato, lo cual puede verse en las dos imágenes que colocamos a continuación:


 

                                                                                                                                                
Si el tacón tiene la punta fina hacia abajo y estilizada transmite algo y si la tiene gruesa otra cosa. Sin embargo, si lo decimos de esa manera estaríamos cometiendo un error. No se trata del tacón a un nivel más esencial.
Este transmite información en los niveles superficiales, pero no en los esenciales. Se podría argumentar de la misma manera que influye la altura del tacón pero de nuevo no se trata de eso. Este zapato transmite menos elegancia que los anteriores pero se trata en realidad de la altura hacia adelante en la que queda el pie de la mujer. Este pie debe despegar el talón lo más que pueda del suelo, es decir, mientras más se acerque al suelo menos elegancia transmitirá.
Nos encontramos, pues, en la situación de un meme que remite a otro. Se puede quitar porque él no es el protagonista. La pregunta es ahora, ¿por qué la altura del pie de la mujer por el lado del talón es importante en este mensaje?. Recordamos que en otro contexto la misma postura del pie es asociado a la alta cultura. Nos referimos al ballet clásico, es decir, las bailarinas transmiten refinamiento si extreman esta postura. Cuando vemos a las mujeres en el ballet clásico encontramos que la misma postura del pie, el mismo meme, tiene el significado de refinamiento, elegancia, y quizás también belleza. Una mujer tiende hacia ese concepto, hacia la belleza y la elegancia, cuando asume dicha postura en el pie en sus movimientos por el mundo.

El origen histórico de los zapatos de tacón alto y su simbología

Al parecer, fue en 1533 cuando se usaron por primera vez los zapatos de tacón alto y se vieron en los pies de Catalina de Médicis, que los utilizó para su boda con el duque de Orleans en París (O’Keeffe, Bleckmann, and Alcaina 1997, citado por Gimenez, 2011) .
Se supone que para ser usados en una ocasión tan especial y de tanta envergadura, el accesorio debía tener un significado asociado a la elegancia, es decir, se usa el tacón alto para significar elegancia. Este pudo ser un significado previo existente en las mentes de la época o pudo ser inventado in situ. En todo caso, nadie asocia los tacones altos con la elegancia así nada más; se equivocarían los que creyeran que se trata de algo natural o mandado por los sentidos. De seguro, los habitantes de otras culturas no reconocerían en lo absoluto este contenido en ese detalle en los calzados, se trata de una mirada occidental, de algo absolutamente convencional. Se supone que este fue el primer zapato de tacón alto utilizado por Catalina de Médicis. Sin embargo, cuando se aprecia la pintura de la boda se observa que casi todos los hombres ya utilizaban un tipo de tacón en sus calzados aunque de menor tamaño, por lo que el dato no es correcto. Esto se puede ver en la ilustración siguiente:




Los zapatos de tacón eran ya usados por los caballeros, y lo más probable era para significar elegancia, status, clase. El símbolo de “elegancia” en este caso, venía de la posición de pie. Esa posición puede verse en la figura contigua que se relaciona con la postura “correcta” para el zapato. La pierna adelante, ligeramente delante de la otra, para mostrar el arqueo del pie como si la punta del pie fuese la que hiciera contacto con el piso era lo básico. Para lograr esto, el tacón era necesario o conveniente. La pose, como se verá en los años siguientes, era la adecuada para las pinturas de la realeza de la época. Se puede observar en el famoso retrato de Luis XVI, pintado en 1701 y exhibido actualmente en el Museo del Louvre, en París. En esa pintura se puede apreciar esto mismo, a saber, los zapatos de tacón vienen junto a la postura que los destaca, o la postura (de la pierna adelantada) viene junto a este tipo de zapatos. Para la pintura la “pose corporal” tenía que significar la elegancia, la nobleza, la realeza. Se puede observar con atención.


De hecho cuando se mira con suficiente detenimiento y por suficiente tiempo dicha pose corporal se llega a la conclusión de que la postura de las piernas se relaciona ampliamente con el tipo de zapatos que usa, y que no podría ser de otra manera. Los zapatos y la postura vienen juntos.
Lo que esto parece decir es que los primeros en usar tacones fueron los hombres (ya los utilizaban cuando Catalina de Médicis usó los suyos) y que esta moda es anterior a 1533 (la fecha de la boda de Catalina). No por casualidad, como se ha dicho, el ballet clásico, esta forma de danza o entretenimiento para la realeza europea, apreció por la misma época. En este caso, los zapatos de tacones y el ballet son hijos del Renacimiento; en efecto, hay que ir hasta el Renacimiento para conseguir los orígenes de ambos.  Fue la época en que este movimiento de piernas se hizo popular, o mejor dicho, símbolo de elegancia y distinción. Se puede conseguir la postura de piernas de Luis XIV en casi todos los movimientos de ballet clásico. Se podría decir, por ejemplo, que la siguiente postura denominada  es la misma de Luis XIV: 





 Y la postura del siguiente caballero igualmente, 



Como conclusión vemos que el meme aquí no tiene que ver con una postura del pie sino de la pierna como tal, o mejor, de las piernas. Y que a fin de cuenta tampoco se trata de esto sino de una postura corporal. Es posible argumentar que la misma postura corporal de elegancia y “clase”, centrada en las piernas, que tiene el caballero en la foto anterior, es la de los caballeros en la boda de Catalina de Médicis. Es decir, la de la imagen contigua. Los zapatos de tacón entre hombres y mujeres perseguían contribuir a mantener dicha postura. Se trata del tipo de “sentido de la elegancia” que se desarrolló a partir del Renacimiento.